El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Lee Jong-Wook, falleció ayer en el Hospital Cantonal de Ginebra tras sufrir una embolia cerebral, justo en la jornada inaugural de la 59ª Asamblea Mundial de la Salud. Lee, de nacionalidad coreana, tenía 61 años y se convirtió en director general de la OMS desde julio de 2003, tras 23 años de servicios en esa agencia de las Naciones Unidas. Lee, quien tenía un sólo hijo y hablaba inglés, coreano y japonés, además de leer francés y chino, no tenía problemas de salud particulares.
El hasta ahora responsable de la OMS se sintió enfermo en la tarde del sábado, cuando cumplía funciones oficiales y fue llevado de inmediato en una ambulancia hasta el centro hospitalario, donde fue operado de urgencia. Tras la intervención su estado fue considerado grave por el equipo médico que lo atendía.
El hasta ahora director general de la Organización Mundial de la Salud era un hombre, definido por algunos de los trabajadores de ese organismo, como «de perfil bajo», pero que tomó polémicas decisiones como el despido de 300 trabajadores interinos a lo largo de 2006 o la de no contratar a quien fumase, como muestra del compromiso de la institución con las políticas antitabaco que preconiza.
Su nombre era uno de los que recientemente empezó a sonar entre los círculos diplomáticos ginebrinos como posible candidato para suceder al mando de la ONU, a su actual secretario general, Kofi Annan, cuyo mandato termina a fines de 2006. Annan lamentó ayer el óbito de Lee Jong-Wook. -