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Patxi GAZTELUMENDI *
Primera declaracion de independencia
·Referendum de independencia en Montenegro
Entre la costa de Kotor y la capital Podgorica se encuentra Cetinje. Es una pequeña localidad montañosa, capital histórica de Montenegro. El bloque independentista convocó una gran fiesta para celebrar el resultado, convocada de antemano porque el bloque liderado por Djukanovic estaba convencido de la victoria. Por otro lado, el elemento sicológico es parte vital de una contienda de esta importancia.
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A partir de primera hora de la tarde, en largas hileras de coches o en autobuses, familias y grupos de amigos se dirigen desde todos los puntos de la república hacia los bosques de Cetinje. Policías y organizadores se turnan para distribuir a los recién llegados. Los aparcamientos están a unos kilómetros del pueblo y hay que cruzar unos bosques para llegar hasta donde está instalado el escenario. Cerca de uno de esos bosques, unos obreros siguen trabajando arreglando una carretera.El himno de Montenegro suena a todo volumen desde el escenario. Las calles están muy limpias y todos los balcones están decorados con la bandera nacional. Entre el público se encuentras miembros del partido de Djukanovic, el PDS. Todo el mundo se saluda y se abraza. Mucha gente se conoce. Montenegro está dividido en comunidades y el referéndum no cambiará eso. Dentro de cada comunidad todos se conocen. Se les ve ilusionados, contentos, esperanzados, pero muy serenos. Si bien tienen fama de ser conservadores, hemos visto varias parejas de chicos besándose efusivamente. Al lado, un cura ortodoxo mira para otro lado y conversa con un hombre trajeado. La gente se ha vestido sus mejores galas y los estilos van desde elegantes hasta modernos. Es lunes, la mayoría de la gente ha venido aquí después de terminar su jornada laboral, pero todos van vestidos de domingo. Se ven muchas familias al completo. Abuelos, hijas, maridos, nietas, tías y amigos, todos juntos. Se hacen fotos de familia con móviles y cámaras digitales. Todos van vestidos de rojo. Las inscripciones van desde el lema de la campaña «Da», hasta «Montenegro Independent 2006». Las únicas banderas de color azul son las de la Unión Europea. Unos consideran que ahora la entrada en la Unión será más fácil. Otros, más escépticos, responden que todavía queda un largo camino para que llegue ese día y que lo prioritario es declarar la independencia en el Parlamento y ser aceptados en las Naciones Unidas. Abandonan el inglés y se ponen a discutir entre ellos. Dos jóvenes que han votado por primera vez dicen que nada más conocer el resultado fueron a un bar en el que se juntaron con sus amigas. Dicen que ha sido muy emocionante y que confían en que, a partir de ahora, el nivel de vida suba. Más adelante, se empiezan a oirse ráfagas de tiros. Dentro de la cultura balcánica el uso de las armas es bastante común. En corrillos, varios jóvenes con camisetas pegadas ríen. De repente, uno de ellos saca una pistola y, mirando al cielo, descarga el cargador. Miembros de seguridad se acercan hasta el y le piden discreción. 50 metros más adelante, otro joven responde con otra ráfaga. Todo el mundo mira hacia el origen de los tiros, pero nadie parece preocuparse. Llegan mareas de personas, centenares. Traen noticias de Podgorica. Los resultados oficiales se retrasan. El bloque unionista pide un recuento y las noticias son confusas. Preguntado por esta cuestión un joven nos comenta que «esto no tiene vuelta. El pueblo ha decidido y no vamos a permitir que una minoría tenga derecho a veto sobre nuestro futuro». Empieza el mitin y por el escenario pasan varios grupos de música y de danzas. El folclore y la música moderna conviven. Los diferentes grupos dan la entrada a los políticos de distinto signo del bloque soberanista. La gente grita a favor de la independencia. El último en subir al estrado es Milo Djukanovic, que pasa entre una fila de compañeros y miembros de su gobierno. La gente lo recibe al grito de «Milo, Milo». No es sólo el primer ministro que ha traído la independencia y más bienestar. Es, ante todo, el líder de una nación antigua que pronto volverá a ser estado: Crna Gora, Montenegro. Los serbios de Montenegro, que en términos étnicos son cerca de un 40% de la población, parecen haber desaparecido de las calles de las ciudades y pueblos de la República de Montenegro. La noche del referéndum, poco después de las 11.00 horas, los coches con banderas rojas con dos águilas en color dorado empezaron a inundar las calles de Podgorica. Entre los coches repletos de jóvenes con medio cuerpo fuera y gritando «que viva, que viva Montenegro» se veían otros coches con las ventanas cerradas y rostros tristes. Son la otra cara de la moneda: los unionistas. Las calles que llevan a la casa del Gobierno están colapsadas y los coches no pueden avanzar. En medio, un autobús lleno de serbios que han venido a votar, ven como la juventud de Podgorica se echa a las calles para celebrar la separación de la Unión de Estado de Serbia y Montenegro. Todo el mundo se dirige a la casa del Gobierno, donde se espera que Djukanovic salga a hablar al pueblo. Música tradicional y música moderna se turnan. Por un lado, el himno, por otro, canciones de Noname, el grupo que no ha podido representar a Montenegro en Eurovisión por el veto de Serbia. Djukanovic aparece en el estrado levantado delante del edificio hacia las dos de la mañana. La gente lo aclama. Felicita al pueblo de Montenegro y promete que la nueva república de Montenegro será para todos, para todos los miembros de las comunidades que lo forman, en pie de igualdad. Irónicamente, felicita también a los serbios porque finalmente se han independizado de Montenegro. El día después del referéndum, las niñas van a la escuela con sus mochilas para las siete de la mañana. El país no se ha parado. Hoy empieza una nueva etapa pero todos tienen la conciencia de que el camino ha sido largo y no termina hoy. Por las calles los coches siguen sonando sus bocinas y hondeando las banderas. - (*) Patxi Gaztelumendi e Iñaki Soto son miembros de
la delegación de Gogoeta XXI que ha viajado a Montenegro con motivo del
referéndum
Aurrera begira
Iñaki SOTO eta Haritz LARRAÑAGA | GOGOETA
XXI.eko kideak
Montenegroko prozesua bere testuinguru osoan ulertu behar da. Batetik, Balkanetan. Bestetik, Europar integrazioaren barruan. Gainera, erreferenduma ez ezik, gutxienez 16 urte iraun duen prozesuaren ikuspegia aztertu behar da, baita hemendik aurrera zer gertatzen den aurreikusten saiatu ere. Euskaldunon ikuspuntutik, prozesu eratzaile gisa aztertu behar dugu, alderdi desberdinen dinamikak aztertu eta faseak identifikatu. Zentzu horretan, negoziaketaz ikasi behar dugu, kudeaketaz, erretorikaz, presio politikoaz, diplomaziaz... Montenegroko bisitatik ideia nagusi bat atera dugu: independentziaren aldeko blokeak, helburu argien eta adostuen inguruan, indarrak metatzearen beharra erakutsi du. Ezkerretik eskuinera, indartsuenetik txikienera, denak bildu dira herriaren interes orokorraren alde. Bestetik, errealismo politikoa printzipioen tinkotasunarekin gatazkan ez dagoela nabarmendu nahi dugu. Djukanovicek, autonomismotik independentismora mugitu zenean, urratsez urrats baina betorik onartu gabe mugituko zela argi utzi zuen. Gaur esan dezakegu bere hitza bete duela. Euskal Herriko abertzaleok horri guztiari buruzko gogoeta sakona egin behar dugu, eta, norabide horretan, Nazio Eztabaidagunea da erreferentzia nagusia. Serbiak presio politiko latza eragin dio Montenegrori, eta presio diplomatiko latza jaso du Europar Batasunaren aldetik. Gaurko adierazpenetan argi geratu denez, prozesua politikoki baldintzatzen saiatu badira ere, behin baldintzak ezarri direnean horiek errespetatu dituzte eta emaitza onartu dute. Bestetik, gatazkari bizirik eutsi ordez, Serbiaren garapen zuzenago bat prozesu honi lotua doala pentsa daiteke. Egunotan behin eta berriz aipatu dugunez, Espainiak irakaspen garrantzitsua jaso dezake hemendik, eta publikoki ez onartu arren, bere estatu-estrategia parametro hauetan kokatu beharko luke. Azkenean, Europar Batasunari dagokionez, nazioarteko komunitatearen garrantzia nabarmendu nahi dugu. EBren politika Montenegrorekiko tamalgarria izan da. Erabat partzialki jokatu du, bere zenbait kideren mesedetan, baina ez Serbiaren mesedetan, adibidez. Askoz gehiago, zalantzarik gabe, Espainiaren edo Frantziaren mesedetan. Solanaren jarrerak ez du azalpen gehiagorik merezi. Egonkortasuna bermatzearen aitzakiaz, demokraziaren oinarrien aurka, %55 ezarri du independentzia onartzeko baldintza. Eta %54 atera izan balute? Montenegroarren gehiengo osoak independentzia nahi zuela orain bezain argia litzateke, baina horrek benetako gatazka sortuko luke bai Serbiako eta Montenegroko gobernuen artean, bai errepublika horien herritarren artean. Halere, deskolonizazio prozesuez harago, formalki demokratikoak diren herrialdeetan eta giza eskubideak sistematikoki bortxatzen ez omen diren herrialdeetan, autodeterminazio eskubidea zilegi dela argi geratu da. Nazioarteko Zuzenbidearen ikuspuntutik Montenegro aurrekari garrantzitsua da, eta hala aldarrikatu behar dugu. Amaitzeko, Euskal Herria gertuago dago 2002ko Montenegrotik 2006kotik baino, Belgradeko Akordioaren negoziazio fasetik erreferendumetik baino gertuago, alegia. Gure diskurtsoan eta praktika politikorako Montenegroko prozesua eredu interesgarria da, baina ez dezagun gure burua engainatu. Egun Montenegro aurrera begira dago, eta harekin batera, Serbia eta EB. Europaren beste muturrean, Euskal Herriak eta Espainiak ere aurrera begiratu behar dute. Aurrera begira jarri behar ditugu, bai batzuk eta bai besteak. -
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