Maite Soroa
Las farrucadas de Savater
Lo que la inmensa mayoría de la población entiende como negativo resulta algo fantástico para los elementos más retrógrados del nacionalismo español. Fernando Savater es buen ejemplo de ello.Ayer en ‘‘El País’’ se congratulaba de las dificultades que atraviesa el proceso:«Es muy buena señal que tanto la propia ETA como Batasuna y otros representantes del nacionalismo más radical hayan coincidido en lamentar el parón sufrido por el ‘proceso’ y aseguren que estamos en crisis y ellos a punto de un ataque de nervios (...) si les viésemos más satisfechos, ya sería cosa de irse preocupando seriamente». Satisfecho de sus propias genialidades, el intitulado filósofo se ponía en plan faltón:«Como tampoco debemos congestionarles la cabeza con excesivas ideas, que por falta de costumbre en su manejo pueden provocarles encefalitis, parece acertado atenerse ahora a mensajes sencillos y reiterados: la legalidad no piensa aceptar a la Batasuna pro-terrorista; por lo tanto, es Batasuna quien tendrá que resignarse a aceptar la legalidad. ¿Que se niegan y amenazan con volver a las andadas? Pues mal asunto..., sobre todo para ellos, dado que fuera de la legalidad, sin subvenciones y con una ETA semijubilada, les va a caer una rasca que no veas. A fuerza de kale borroka fastidiarán a bastantes, pero cada vez asustan a menos y desde luego no persuaden a nadie. En cuanto a los presos... Pues eso, que están presos y más cerca o más lejos de casa lo van a seguir estando muchos años». Atiendan a las amenazas y farrucadas del filosofillo de la mirada inquietante. Luego define lo que todas y todos deberemos acatar:«la paz a conseguir es el disfrute sin coacciones ni amenazas de las garantías constitucionales vigentes en nuestro Estado de Derecho, que es lo que han defendido quienes han luchado contra ETA y sus servicios auxiliares». ¿Y si de lo que se trata es de modificar lo vigente para dar cabida a los derechos de los vascos? Y se duele el hombrecillo por el eco que las reclamaciones vascas tienen en sitios como, por ejemplo, el Parlamento de la UE:«¡Gran cosa, el Parlamento Europeo! Tiene un grupo de amigos de Cuba para apoyar a la dictadura castrista que pisotea los derechos cívicos y políticos y, para compensar, un grupo de amigos del País Vasco que solicita respeto a esos mismos derechos ante las democracias de España y Francia». ¡Pobre hombre! - msoroa@gara.net
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