NUEVAYORK

La intervención de Chávez fue como un pequeño terremoto. En la enorme sala de la Asamblea se escucharon calurosos aplausos ante la palabras del venezolano, al igual que en la principal plaza de Caracas, donde cientos de caraqueños se reunieron para seguir el discurso. Muchos se sintieron orgullosos del ataque del mandatario al imperialismo estadounidense, mientras la Casa Blanca salía al paso diciendo que las acusaciones de Chávez «no merecen una respuesta».

«Ayer desde esta misma tribuna el señor presidente de EEUU, a quien yo llamo el diablo, vino aquí hablando como dueño del mundo; un siquiatra no estaría de mas para analizar el discurso de ayer, como vocero del imperialismo vino a dar sus recetas para tratar de mantener el actual esquema de dominación y saqueo, para una película de Hitchcock estaría buena titularla ‘La receta del diablo’», recomendó Chávez.

El presidente de Venezuela acusó a EEUU de financiar el golpe de Estado contra su persona y de apoyar «el terrorismo de la CIA», recordando el aniversario del atentado contra el avión de Cubana de Aviación que costó la vida a más de setenta personas «y cuyo responsable Luis Posada Carriles vive en EEUU protegido por el país que tiene un doble rasero y protege el terrorismo».

El presidente venezolano teatralizó en el inicio de su discurso recomendando el libro de Noam Chomsky ‘Hegemonía o supervivencia’, asegurando que «es excelente para entender lo que hoy está pasando en el mundo y la amenaza que se cierne sobre el planeta la pretensión hegemónica del imperialismo norteamericano que pone en riesgo la supervivencia del planeta».

Estados Unidos está haciendo «desesperados esfuerzos» para consolidar «su sistema hegemónico de dominación y no se puede permitir que se consolide la dictadura mundial». Chávez afirmó que el discurso del martes de Bush estuvo «lleno de hipocresía imperial» al pretender imponer un modelo democrático «como lo conciben las falsas democracias de las élites, un modelo impuesto a cañonazos, bombazos». «Habría que repasar las enseñanzas de Aristóteles», añadió Chávez.

«Bush mira fuera y ve extremistas por todas partes», explicó el presidente, quien aseguró que no es que se trate de extremistas sino que «por todos lados insurgen los pueblos», por lo que vaticinó a Bush una vida acompañada por «una pesadilla de todos los que insurgen contra el imperio y contra el modelo de dominación».

El sistema de la ONU nacido tras la Segunda Guerra Mundial «se desplomó, no sirve excepto para dar discursos y vernos una vez al año», aseguró Chávez, que lamentó que la Asamblea General haya sido convertida «en un órgano deliberativo sin poder para impactar en la realidad terrible que vive el mundo».

No obstante, en opinión de Chávez «hay razones para ser optimista porque más allá de las guerras y destrucciones uno puede apreciar que se está levantando una nueva era de movimientos y pensamientos distintos» a las tesis americanas.

Israel y Ahmadineyad

El martes fue el turno del presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad. La presencia del mandatario iraní molestó al principal violador de las resoluciones de la ONu, Israel, que criticó a Washington por permitir la entrada del presidente iraní en EEUU.

Durante su intervención, en uno de los discursos más duros, pero con tintes de sermón, Ahmadineyad condenó el actual orden internacional porque sólo sirve los intereses de unos cuantos países poderosos a costa de la gran mayoría de los pueblos que más que nada desean «justicia y la protección de la dignidad humana».

Además de defender el programa nuclear iraní, el presidente Ahmadineyad afirmó «la mayoría de los conflictos globales emanan de la injusticia, y de los poderosos que al no contentarse con sus propios derechos buscan devorar los derechos de los demás», añadió.