Maite Soroa
Rodríguez Ibarra se marcha a su casa
Rodríguez Ibarra ha anunciado su retirada de la política y a algunos de sus fans en la derechona ultranacionalista les ha dado más pena que a sus propios compañeros del PSOE. Cayetano González, que guarda con el socialismo las mismas distancias que una cebra respecto de un león hambriento, se preguntaba, afligido, en “El Mundo”:«¿Qué tiene Zapatero que consigue con, aparentemente, el mínimo coste personal, apartar del camino a las voces que podrían ser más discordantes dentro del PSOE con la política que está llevando a cabo en dos cuestiones tan importantes como la cohesión nacional y la pacificación?».El que fuera mano derecha de mayor Oreja en sus tiempos de Interior lamentaba que a partir de ahora «Zapatero goza de plenos poderes dentro del partido, tiene barra libre. Nadie le discute nada; nadie se atreve a llevarle la contraria. Los comités federales son un remanso de paz y, por no haber, ya no hay ni un García Santesmases que incordie un poquito. No digamos nada de la Comisión Ejecutiva: sus reuniones transcurren plácidamente entre la cara ensimismada de Zerolo y las sonrisas profiden de Carme Chacón y Trinidad Jiménez». Peor aún, «si hay algún problemilla, como que el secretario general de los socialistas navarros, Carlos Chivite, se niegue a hacer el papel de mamporrero que tan bien desarrolla Patxi López, no pasa nada, que para eso está ‘Pepiño’ Blanco, gran estadista, para buscar un candidato dócil dispuesto a hacer lo necesario para desalojar a UPN del poder y allanar el camino que facilite dar una respuesta positiva a una de las exigencias irrenunciables de ETA: la anexión de Navarra al País Vasco». Ahí le duele a Cayetano. Es curioso comprobar cómo se alinea un personaje de la
derecha más fosilizada en las líneas del PSOE y cómo encuentra compañeros de
viaje que se identifican con sus estalactitas ideológicas. Sin darse cuenta, los
señala con el dedo:«Pero las aparentes lanzas se pueden volver tornas para quien
acumula tanto poder y capacidad para apartar a los discrepantes. Y de lo que no
hay duda es de que el peso específico y la capacidad política de personas como
Bono, Ibarra, Vázquez o Rosa Díez está a años luz de la de los Blanco, López,
Touriño o Plá. No es que sea un cambio generacional; es, lisa y llanamente, otro
nivel». A mí, ni fú ni fá, pero me da en la nariz que se ha olvidado de otra de
las grandes:Gotzone Mora. -
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