IRUÑEA
De titular indiscutible al banquillo e, incluso, a seguir los encuentros por televisión. Esa es la trayectoria que ha protagonizado Roberto Soldado en su todavía corta estancia en Osasuna. El delantero asegura que ha captado el mensaje y promete trabajo duro para recuperar la confianza de su técnico.No pudo empezar mejor la cesión del jugador a Osasuna. Dos semanas después de que el club rojillo alcanzase un acuerdo con el Real Madrid, Soldado ya estaba jugando, y nada menos que en Liga de Campeones, donde fue titular en el primer encuentro frente al Hamburgo. Sus datos avalaban la confianza de José Angel Ziganda:la pasada temporada disputó 29 partidos con el Castilla, con el que anotó 19 goles fue el máximo realizador de Segunda y once con el primer equipo madridista, con el que hizo otras dos dianas, una de ellas en Champions.
La puntería no le acompañó en su debut en Hamburgo, pero Ziganda siguió contando con él:fue titular en el partido de vuelta contra los alemanes, en el debut liguero ante el Getafe y en la visita al Barcelona, en la que incluso dejó en el banquillo a Savo Milosevic.
La sorpresa llegó apenas tres días después, con el viaje a Trebisonda, donde los rojillos se jugaban la clasificación para la fase de grupos de la Copa de la UEFA;Soldado se quedó fuera de la convocatoria. Sí lo incluyó Ziganda con el que la semana pasada protagonizaba una charla en los campos de Tajonar, tras un entrenamiento en la siguiente, el pasado domingo, pero el delantero apenas sí disputó un minuto frente al Nástic.
«Toque de atención»
Por si alguien pensaba que un exceso de confianza le había pasado factura bien por su protagonismo en los primeros partidos, bien por ese contrato firmado con el Real Madrid, que puede llegar a costarle hasta 600.000 euros a Osasuna si el ariete no juega habitualmente, éste mostró ayer su cara más humilde, al reconocer que no ha rendido todavía al nivel que esperaba y de ahí el toque de atención recibido con sus últimas ausencias.«Igual sí que necesitaba un toque de atención admitió Soldado, porque quizá los partidos que jugué de principio no estaba al nivel que me esperaba, ni tampoco al que esperaba el míster, y quizá me ha dejado en el banquillo estos partidos para darme un toque», insistió.
Lo cierto es que ha «captado el mensaje» de inmediato y admite que «si no estoy en el once es porque las cosas no las estaba haciendo bien. Sólo me queda trabajar para mejorar, aprovechar las oportunidades y hacerle cambiar de opinión». En este sentido, Soldado asegura no tener ninguna exigencia. «Así como no le pedí explicaciones cuando me ponía en el once inicial, ahora tampoco le pido explicaciones al míster por dejarme en el banquillo. Lo tomo como un toque de atención, nadie tiene asegurado un puesto en el once en este equipo, y seguiré trabajando duro», prometió el jugador.
Pruebas físicas en la vuelta al
trabajo
La plantilla de Osasuna regresó ayer a Tajonar con doble sesión de trabajo:pruebas físicas por la mañana y entrenamiento más técnico por la tarde.Las que realizaron los rojillos por la mañana fueron las segundas pruebas de la temporada y están englobadas en ese sistema de estudio y control de los jugadores con el que los servicios médicos esperan que éstos ofrezcan un rendimiento óptimo durante todo el curso. Algo especialmente recomendable en semanas como la que se avecina, con la visita a Balaídos, el encuentro de vuelta frente al Trabzonspor y la visita al Espanyol en un plazo de ocho días.
Concretamente ayer, los osasunistas, divididos en tres grupos y bajo la supervisión de José Viela, realizaron pruebas de salto, velocidad y resistencia. Se libraron de la última los dos guardametas, mientras la única ausencia fue la de Natxo Monreal único lesionado de la plantilla, que se recupera de una fuerte contusión en el muslo izquierdo.
Ya por la tarde, el equipo rojillo empezó a preparar el encuentro del domingo frente al Celta.