GARA
BILBO
Unai Basurko, que el martes acabó en Fremantle (Australia) la primera etapa de la Velux-5 Oceans, aseguró que en algunas fases de la regata empezó a tener «alucinaciones» y a «confundir realidad y sueño» a causa del tremendo cansancio acumulado a bordo del Pakea.
«Uno de los momentos críticos fue después de doblar el cabo de Buena Esperanza y poner rumbo al sur. Con los problemas del compás del piloto estuve varios días navegando muy fuerte y en condiciones durísimas sin descansar nada. Al final empecé a tener alucinaciones, confundía la realidad y el sueño, pero me di cuenta a tiempo y enderecé la situación», explicó Basurko.
El marino, no obstante, destacó que la preparación realizada antes de acometer esta vuelta al mundo ha sido «excelente». «Tengo que felicitar a mi entrenador Iñaki Sampedro porque esa preparación es la que me ha ayudado ha superar los momentos críticos», recalcó.
«Hasta cuando crees que ya no queda nada surgen dificultades. El martes soporté una encalmada con ola grande hasta que llegó un frente frío con mucho viento y olas. Pero las últimas dos millas las tuve que hacer manejando el timón a mano porque no puedo hacer rumbo sur con el piloto», recordó.
Ahora, tiene apenas diez días para evaluar y reparar los daños del barco antes de iniciar las 14.000 millas hasta Norfolk. Para realizar estos reajustes contará con la ayuda de su equipo de tierra y de Kanga Birtles y Andy Dovell, constructor y diseñador del 'sesenta pies' construido en Sydney.