La República Checa comienza a negociar con EEUU la instalación de un sistema de radares antimisiles
·El primer ministro Topolanek ya ha asegurado que no se realizará una consulta sobre esta cuestión
PRAGA
El Consejo de Seguridad del Estado en la República Checa emitió ayer un dictamen favorable al inicio de las negociaciones entre Praga y Washington sobre la instalación del sistema de radares de la nueva base antimisiles estadounidense en Europa Central y del Este. El proceso de ratificación, que exige la intervención del Parlamento checo, podría prolongarse a lo largo de un año, declaró el primer ministro, Mirek Topolanek, que encabeza un Ejecutivo de coalición integrado por conservadores, democristianos y verdes. Mirek Topolanek ya ha adelantado que no se realizará un referéndum sobre esta cuestión, tal como solicita la oposición socialdemócrata. Por su parte, el jefe del Estado, Vaclav Klaus, subrayó que no se trata de una «cuestión cerrada», sino que la instalación de este sistema de radares antimisiles «dependerá de los detalles del acuerdo con los Estados Unidos».
Relaciones con Rusia
Vaclav Klaus considera que la instalación de esta nueva base no perjudicará a las relaciones bilaterales con Rusia. Agregó que en su próxima reunión, prevista para abril, con el mandatario del Kremlin, Vladimir Putin, de despejar los temores aflorados en el Gobierno de Moscú por el establecimiento de esta base militar. Washington trasladó el pasado viernes al Ejecutivo checo su decisión de instalar en suelo checo los radares del proyecto BMDS (Sistema de Defensa contra Misiles Balísticos), mientras que las plataformas antimisiles, de carácter únicamente defensivo, se destinarían a Polonia. Los dos enclaves en juego para la nueva base, en el caso de acuerdo final, son Jince, en el centro del país, o el antiguo campo de entrenamiento militar de Libava, ubicado al este.
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