GASTEIZ

Si bien la A-15, entre Irurtzun y Andoain, es una autovía de montaña, que supera la cota de los 600 metros de altitud, lo cierto es que las primeras nieves han provocado demasiados problemas durante los primeros días de este temporal. A media tarde, la autovía permanecía cortada para camiones, mientras que los turismos podían circular con precaución y a una velocidad muy reducida.

La A-15 fue cortada al tráfico en ambos sentidos antes de las 9.30 para facilitar la labor de los quitanieves. La Policía Foral y la Ertzaintza, cada una en su tramo de competencia, estuvieron señalizando esos cortes. Como alternativa, la circulación se dirigió hacia el puerto de Etxegarate, en la N-I, que permaneció abierto al tráfico durante toda la jornada.

Los problemas más notorios se registraron en la AP-8, la vía de peaje que atraviesa Bizkaia y Gipuzkoa muy cerca del litoral y con la cota máxima en Itziar. Pero fue en el tramo entre Orio y el alto de Aritzeta, en sentido a Donostia, donde se produjo ayer el colapso circulatorio durante más de dos horas. Poco antes de las 10.00, la autopista fue cerrada en la barrera de peaje de Zarautz, donde media docena de ertzainas permanecían de brazos cruzados mientras un operario de Bidegi, la empresa pública que gestiona esta vía, explicaba a los conductores que la única alternativa para continuar hacia la capital guipuzcoana era seguir por la N-634.

Hasta dos horas permanecieron algunos conductores retenidos en el interior de la autopista, sin poder avanzar hacia Donostia y sin que se les ofreciera la posibilidad de volver hacia Zarautz a través de un bypass por la calzada de sentido a Bilbo, por la que el tráfico se desarrollaba con normalidad.

Durante este tiempo vieron caer una intensa pero breve nevada, que dio paso a grandes claros. Por la N-634 ni siquiera se veía nieve en las cunetas, pero desde Zarautz hasta cruzar el casco urbano de Orio algunos conductores tardaron más de 45 minutos. A pesar de que el tráfico de la AP-8 se había desviado a través de esta carretera, ni una sóla dotación de la Ertzaintza estuvo presente en ese complicado tramo entre las 10.00 y las 11.30, ni siquiera para regular el tránsito por Orio, donde los dos semáforos siguieron funcionando como si no pasara nada excepcional.

Otra de las arterias principales de Euskal Herria, la autovía de la Sakana (A-10) también se vio afectada por las nevadas, obligando a utilizar cadenas, y se vio colapsada por momentos al ser utilizada como alternativa a la A-15 para pasar de Nafarroa a Gipuzkoa y viceversa, entre Irurtzun y Altsasu. Por ello, también sufrió cortes técnicos para permitir que las máquinas quitanieves despejaran las calzadas.

Con mucha más normalidad se pudo transitar por la AP-8 en Bizkaia y por la A-63 en Lapurdi, aunque en ambos herrialdes la nieve también se dejó ver intermitentemente. Tampoco la AP-68 se vio afectada especialmente por el temporal.

En cuanto a la red secundaria, en la que tampoco se produjeron accidentes de gravedad, permanecieron cortados o con obligación de circular con cadenas más de media docena de puertos en Nafarroa Garaia y otros tanto en Araba; la situación era similar en Nafarroa Beherea y Zuberoa; en Gipuzkoa, hubo muchas complicaciones para llegar o salir a Debagoiena a través de Arlaban, Kruzeta y Deskarga;y en Bizkaia, permaneció cortado por la mañana el puerto de Barazar, en la N-240, el de Urkiola para camiones, y en Urduña era necesario el uso de cadenas.

La complejidad de circular en estas condiciones se pone de manifiesto al repasar los informes de tráfico. Así, hasta el mediodía la Policía Foral había atendido dieciocho accidentes, que se saldaron con tres heridos leves. Y ocho de esos siniestros tuvieron lugar en las rondas de Iruñea.