La gravísima situación de salud que atraviesa Iñaki De Juana Chaos ha obligado a la Audiencia Nacional a reconsiderar su puesta en libertad. Y se pueden imaginar cómo se pusieron algunos ante la mera posibilidad de que quien debiera estar en libertad hace años, sea ahora liberado.En “Abc”, el editorialista hablaba de «escándalo de incalculables consecuencias». Más aún:«su excarcelación sería la peor decisión que podría tomarse, un golpe moral a las víctimas que trasladaría a la sociedad un mensaje negativo y muy difícil de digerir. Constituiría una inaceptable cesión del Estado de Derecho a un chantaje y, en la práctica, un peligroso precedente: una gratuita invitación a los demás presos a buscar remedios individuales a su situación carcelaria mediante el retorcimiento de la ley».
No se quedaba atrás el editorialista de “El Mundo” que rechazaba de plano la puesta en libertad del preso y sentenciaba que «sólo habría razón humanitaria para poner a De Juana en libertad si éste padeciera una enfermedad sobrevenida pero su deterioro de salud ha sido buscado a propósito para chantajear a los poderes públicos. No estamos ante un enfermo sino ante el pulso y la coacción que un terrorista lanza al Estado de Derecho para no cumplir una sentencia».
Y para terminar de deformar la realidad, dice el escriba sentado de Pedro J. que «si finalmente el tribunal claudica porque el miedo es libre, debería explicárselo a las víctimas de De Juana pero muy especialmente a los familiares de Miguel Angel Blanco, que fue asesinado porque el Estado no cedió a un chantaje planteado en términos similares al que ahora hay que afrontar».
Leyendo “La Razón” no resultaba difícil imaginar el
rechinar de dientes del escribiente:«ETA y Batasuna han hecho casus belli de la
puesta en libertad de De Juana y le están echando un pulso al Gobierno y al
estado de Derecho. Esta es la razón por la que, aún en el caso de que hubiera
alguna duda sobre la conveniencia de atenuarle la prisión por razones humanitarias, el dirigente terrorista no debe ser excarcelado (...) en cualquier caso nuestra sociedad no puede asumir la imagen de este asesino paseando en libertad». Y, sin embargo, asumen con naturalidad que los prohombres de la dictadura Fraga, por ejemplo presidan partidos, instituciones, y se vanaglorien del asesinato en masa que fue el franquismo... -
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