PARIS
El anuncio del proyecto de fusión de la empresa gasista GDF con el grupo Suez ha provocado la reacción inmediata de los principales sindicatos del sector que ya han anunciado su intención de trabajar conjuntamente para movilizar a los trabajadores.En cuanto el proyecto se ha dado a conocer, el ministro de Economía Thierry Breton, junto con François Cirelli y Gérard Mestrallet, máximos responsables de Gaz de France (GDF) y de Suez respectivamente, se han reunido con representantes sindicales.
Falta de credibilidad
Sin embargo, éstos se han mostrado contrarios al mismo y han manifestado «la escasa credibilidad» que les merece el gobierno, sobre todo cuando no han transcurrido ni dos años desde que aprobó una ley que modificaba los estatutos tanto de GDF como de EDF (Electricité de France). Según esa ley el Estado se comprometió a conservar una participación mínima del 70% para la primera y del 80% para la segunda de las empresas estatales. El secretario general de CGT-energía de la región aquitana ha declarado que si la pretensión del gobierno es crear un grupo fuerte, lo primero que debería hacer es fusionar GDF con EDF y plantearse, posteriormente, el hacerlo con Suez:«Sólo un grupo controlado por el Estado podrá garantizar a largo plazo el aprovisionamiento energético del país sin que el usuario tenga que soportar subidas tarifarias exageradas».
Para el representante del principal sindicato del sector energético si el proyecto de fusión anunciado (GDF-Suez) se diese, el Estado sólo contaría con el 34% de las acciones y los intereses privados primarían por lo que impondrían sus intereses a los de los poderes públicos. Además, los sindicatos estiman que esta fusión puede suponer una verdadera competencia para EDF «cuyo futuro, así como el de la producción de energía podrían peligrar por lo que es indispensable analizar las repercusiones que podría tener tal decisión».
Hoy mismo las cinco federacines del sector (CGT, FO, CFE-CGC, CFTC, CFDT) tienen previsto celebrar una reunión para analizar una respuesta conjunta al proyecto de fusión que podría concretarse el próximo 7 de marzo, fecha para la que las confederaciones sindicales y las organizaciones juveniles ya han anunciado una jornada de movilización contra el CPE.