La trágica muerte de Igor Angulo en la soledad de una celda, a cientos de kilómetros de Euskal Herria, mereció ayer diferentes reacciones en los medios de comunicación escritos. Desde el editorial de ‘‘Deia’’, en tono marcadamente crítico, hasta la astracanada de ‘‘Abc’’ con tono casi jocoso. Lean, lean.En ‘‘Abc’’ la cronista que cubre la información del macrojuicio 18/98 se refería al incidente protagonizado por Daniel Portero y lamentaba que «alguien ha puesto sordina al macrojuicio contra el entramado civil de ETA y cuando el silencio de algunos ‘corderos’ se rompa será para recordar que ayer Daniel Portero ‘perdió los papeles’».
La cronista aseguraba que «la culpa la tuvo una botella de sidra que el hijo del fiscal jefe del Tribunal Supremo de Andalucía asesinado por la banda se llevó a la Audiencia Nacional para, según interpretó la nutrida representación en la sala del MLNV, brindar por el suicidio entre rejas de un terrorista. El descorche provocó un altercado con el abogado Matanzas y halló pronta respuesta de los encausados, que desplegaron el ‘kit’ de homenaje a asesinos: una ikurriña con crespón negro que no estaba allí por casualidad». Decir impresentable es poco decir. -
En el lado opuesto se ubicaba el editorialista de ‘‘Deia’’ que advertía que la muerte de Angulo «añade tensión a la situación de crispación política desatada tras el anuncio de la posibilidad de un inminente proceso de diálogo».
Se refería el editorialista a «la reciente polémica resolución del Tribunal Supremo español para retardar la excarcelación de Unai Parot, que agrava una estrategia penitenciaria ya discriminatoria e injusta con los presos vascos y sus familiares, a los que se les suma el castigo añadido de la dispersión y el alejamiento».
El rotativo más próximo al jelkidismo constata que «si al aislamiento y distanciamiento se suma ahora la práctica imposibilidad de acortar los plazos para la puesta en libertad por redención de penas, resulta lógico que pueda cundir la mayor desesperanza entre los afectados».
Y terminaba con tono de desesperanza:«la ilusión se
desvanece ante gestos tan absurdamente provocadores como el de un hijo del
fiscal Luis Portero, asesinado por ETA, que intentó abrir una botella de sidra
para ‘brindar’ por la muerte de Igor Angulo». Y ahora le llamarán de algún
programa de ETB para que vuelva a insultar a la inmensa mayoría de los vascos.
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