El pasado fin de semana el diario estadounidense “The New York Times” reveló con todo detalle que el servicio secreto exterior alemán, el BND (por sus siglas en alemán), sí facilitó información de valor militar a la Agencia de Inteligencia Militar estadounidense, DIA, en la guerra contra Irak. Con estas nuevas revelaciones el anterior bipartito, liderado por el socialdemócrata Gerhard Schröder y el verde Joseph Fischer, pierde a posteriori su credibilidad, ya que ambos ganaron las elecciones generales de 2002 diciendo «no» a la contienda de EEUU contra el estado árabe.

En teoría, los datos ofrecidos por el rotativo neoyorkquino deberían causar la inmediata creación de una comisión parlamentaria. Las razones son obvias: o el BND no informó debidamente al Gobierno o el Ejecutivo no pasó toda la información al Parlamento o el propio servicio secreto fue espiado por una «agencia compañera» de EEUU. Sin embargo, ante la ausencia de una potente oposición no habrá comisión investigadora por el momento porque los dos partidos mayoritarios, los demócratacristianos (CDU/CSU) y los socialdemócratas (SPD), están en el Gobierno. Aun así, los tres partidos minoritarios de la oposición tienen los votos necesarios para exigir la investigación pero para ello tendrían que ponerse de acuerdo. Esta vez son los liberales (FDP) los que todavía quieren esperar a la formación de dicha comisión, mientras que los verdes y los socialistas ya lo están exigiendo.

Indecisiones

En enero, los verdes evitaron la creación de la comisión porque aún no han encontrado su nuevo pérfil entre la defensa de la labor política en el Ejecutivo anterior y su nuevo papel en la oposición. Los socialistas de Die Linke siguen estando sumergidos en la complicada fusión del WASG occidental con el Linkspartei-PDS oriental. Los liberales, en cambio, buscan su lugar entre el trabajo de oposición y la imagen de un futuro socio de Gobierno.

Ante este fondo, la canciller Angela Merkel no tiene que temer a la oposición. Las nuevas revelaciones no le vienen del todo mal. En primer lugar, afectan a su ministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier. En el Ejecutivo rojiverde de Schröder, el socialdemócrata era el jefe de la Cancillería y por lo tanto máximo responsable del BND. El SPD lo instaló en el bipartito con Merkel para garantizar una cierta continuidad en política exterior dando fuerza al sector europeísta frente a los transatlánticos, amigos de la Administración neoconservadora de George W. Bush. La reciente filtración de informaciones por el diario neoyorquino tiene como objetivo acabar con Steinmeier. Si fuera el caso, Merkel podría fortalecer su control sobre el gabinete. El ataque contra Steinmeier es el segundo intento de apearle del Gobierno, empleando como medio la presencia del BND en Irak. Desde el punto de vista de la geopolítica de Washington, un ministro de Exteriores más cercano a la línea de la Casa Blanca sería idóneo para el apoyo a su política de acoso a Irán y Cuba.

Las revelaciones sobre el BND, no obstante, estallan justo un mes antes de las elecciones regionales de Baden-Württemberg, Sajonia-Anhalt y Renania del Palatinado y de los comicios municipales de Hesse. Decisivas van a ser las elecciones en el land de Renania del Palatinado, gobernado por el SPD y el FDP. Si la CDU de Merkel consiguiera la mayoría de los votos tendría una mayoría más sólida en la segunda cámara del Parlamento alemán, el Bundesrat, en el caso de que algun día se fragmentara la actual coalición con el SPD.

A nivel estatal, Angela Merkel ha ganado mucho terreno frente a su hipotético rival, el presidente del SPD Matthias Platzeck. Según un reciente sondeo del instituto Emnid para el canal de TV N24, el 66% de los alemanes opina que la presidenta de la CDU está más cualificada para el cargo de canciller que el jefe del SPD. A este último sólo el 16% le considera apto para este puesto. Lo peor para Platzeck, a la sazón ministro-presidente de Brandenburgo es que incluso el 65% de los simpatizantes socialdemócratas prefieren a Merkel antes que a él. El socialdemócrata que más confianza ha ganado es el ministro de Exteriores Steinmeier. Subió de 12 puntos en noviembre a 38 puntos en febrero. La pregunta es si Steinmeier logrará sobrevivir políticamente al nuevo ataque. La supervivencia no sólo depende de la situación en Alemania sino también de si las publicaciones de “The New York Times” ponen a los alemanes en Irak, Afganistán y otros países del mundo árabe en el punto de mira de los grupos de resistencia armados. -

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