BRUSELAS
Representantes vascos del sector de pesca de anchoa, junto a los de la flota cantábrica y francesa expresaron ayer a la Dirección General de Pesca de la Comisión Europea, sus opiniones sobre la pesquería de la anchoa en un encuentro en el que también participó un técnico del Ministerio español y el viceconsejero de Pesca del Gobierno de Lakua, Luis Miguel Macías. Los arrantzales de Gipuzkoa y Bizkaia insistieron en que las reservas de anchoa están en su peor momento y confían en que, a la luz de los datos científicos, la Comisión decrete el cierre de la pesquería en un plazo de tres o cuatro semanas. Sin embargo, constataron que el Ejecutivo comunitario no tiene prisa para adoptar tal medida, lo que contrasta con la rapidez con la que decidió en diciembre de 2005 levantar la veda en el Golfo de Bizkaia.
Según la portavoz de Pesca de la Comisión, Mireille Thom, Bruselas analizará mañana los informes científicos en el Comité Técnico de Gestión de Pesca y decidirá probablemente al final de junio. Thom indicó que en el encuentro explicó «con toda transparencia» el procedimiento que está siguiendo la Comisión, en base al acuerdo del Consejo de Ministros de diciembre.
«Puede haber distintas perspectivas sobre el estado de la reserva o si hay que cerrar antes o después», admitió la portavoz, que aludió una vez más a lo acordado en diciembre por los ministros europeos. En aquella ocasión, más que los informes científicos fueron las negociaciones políticas entre Madrid y París las que condicionaron la decisión.
Temor a una decisión política
Los informes científicos que tendrán que determinar si las reservas se encuentran por debajo de 28.000 toneladas se conocerán mañana. Por debajo de esta cantidad la Comisión decretaría el cierre del caladero, pero, en el caso de que las reservas se situaran por encima, la decisión deberían tomarla los ministros de Pesca.
El sector teme que en este segundo supuesto prime de nuevo una decisión política para que continúe la pesca. El consejero vasco consideró «el mundo al revés» el hecho de que los propios pescadores reclamen el cierre de una pesquería y que la Comisión se tome tanto tiempo para decidirlo.
El presidente de la Cofradía de Guipúzcoa, Jaime Tejedor, aseguró que «es mejor cerrar hoy que mañana» porque «estamos en una biomasa de la más bajas en los últimos cinco años y hay que cerrar para que se regenere lo antes posible». Opinó que está «fuera de lugar que se exija tanto para cerrar y no tanto para abrir» y acusó al Gobierno español al afirmar que «la Comisión no tiene prisa porque España tampoco la tiene». Igualmente, el viceconsejero de Lakua aseguró que la conclusión de la reunión fue «la falta de prisa, Se dieron mucha prisa para abrir la pesquería, entonces los científicos no importaban, y ahora se dan demasiada poca en tomar medidas urgentes para evitar el colapso».
Los representantes de la pesca pelágica del Estado francés no sólo no se mostraron de acuerdo con cerrar el caladero, sino que apostaron por evaluar si se podrían hacer más capturas. El sector de cerco de Donibane Lohizune también pidió el cierre y el del arrastre argumentó que «todavía hay suficiente biomasa para poder seguir pescando».
