Congreso en Bilbo sobre clima y biota en el paleogeno inferior
Los acantilados de Zumaia ser�n referente internacional
Cincuenta millones de a�os de historia contemplan los ocho kil�metros de costa que van de Getaria a Deba. Pero son los acantilados de Zumaia los que esta semana atraen la atenci�n de m�s de un centenar de ge�logos de todo el mundo, pues en sus rocas se esconde gran parte de la informaci�n de lo que ocurri� en el Pale�geno, �ltimo intervalo geol�gico en el que la Tierra experiment� un clima globalmente c�lido.
BILBO
En los montes vascos no es de extra�ar encontrar f�siles marinos. Y es que en otras �pocas este territorio estuvo sumergido bajo el mar, en el Paleoceno (integrado en el Pale�geno) por ejemplo, hace 55-65 millones de a�os. Euskal Herria ten�a un clima subtropical y su aspecto era parecido a lo que hoy conocemos como la gran barrera de coral de Australia.En la costa de Gipuzkoa y Bizkaia, en los alrededores de Eibar, en Irati y en Urbasa, podemos encontrar afloramientos del Paleoceno a la vista. Esto se debe al choque que se produjo entre la placa europea y la placa ib�rica que levant� lo que anta�o se encontraba bajo el mar. Debido a ese mismo choque se crearon los Pirineos. Los afloramientos de rocas del Paleoceno no son nada comunes en el resto del mundo y, por lo tanto, para saber qu� es lo que ocurri� en el Paleoceno, los investigadores tienen una informaci�n inestimable en este lugar del planeta. Adem�s, se cuenta con otra caracter�stica: hay restos tanto de la corteza del mar como de la plataforma continental, dado que Zumaia en ese entonces se encontraba sumergida a mil metros de profundidad bajo el mar y en cambio la Rioja alavesa se encontraba en tierra. Las magn�ficas hileras de rocas que se observan en Zumaia son sedimentos depositados en el fondo marino, que emergieron en afloramientos que entre Deba y Getaria son casi verticales en muchos puntos. Esas capas de estratos abarcan un periodo de tiempo de aproximadamente 60 millones de a�os, es decir, desde la base del Cret�cico Superior, en la zona de Deba, situada en rocas de hace unos 100 millones de a�os, hasta las areniscas que afloran en el Rat�n de Getaria que son del Eoceno, es decir de unos 40 millones de a�os de antig�edad. La importancia de esas rocas reside en que se pueden encontrar restos que guardan fielmente la informaci�n de los cambios paleoclim�ticos y paleoecol�gicos en el Paleoceno, por ejemplo, los microf�siles. Los datos obtenidos a trav�s de estas min�sculas criaturas pueden ser muy �tiles hoy d�a para saber qu� evoluci�n puede tener el calentamiento global que supuestamente est� sucediendo en la Tierra, porque al igual que ahora, al final del Paleoceno la temperatura global subi� muy r�pidamente. Un grupo de investigadores de la UPV-EHU, m�s en concreto del Departamento de Estratigraf�a y Paleontolog�a, analiza desde hace tiempo estos microf�siles, sobre todo los llamados foramin�feros planct�nicos y los nanof�siles calc�reos. Esos microorganismos viv�an en la corteza del fondo oce�nico y sus f�siles se han ido apilando durante millones de a�os hasta componer un registro inmejorable. Esos microorganismos son muy sensibles frente a los cambios clim�ticos o de temperatura y por eso algunos viven en aguas templadas y otros en cambio en fr�as. As� se dividen en las distintas zonas del mar y, por lo tanto, si la temperatura del mar var�a, esas zonas se modifican y los microorganismos migran con ellas. As�, el registro de los f�siles de estos microorganismos encontrados en un emplazamiento concreto indicar�a los cambios clim�ticos sucedidos en aquella �poca. Para analizar esos microf�siles hay que tener en cuenta que hoy d�a son parte de las rocas calc�reas o de las margas. Por ejemplo, el 80% de las rocas que se crearon en el Paleoceno en el fondo del mar pueden estar constituidas por estos microf�siles, es decir, con las conchas de los microorganismos. Para analizar ese material, los investigadores suelen proceder a extraer un peque�o trozo de roca, que luego disgregan en agua. Una �nica gota de esa disgregaci�n contiene millones de microf�siles. Finalmente, una de esas gotas ser� analizada en el microscopio o mediante una lupa, dado que los f�siles tienen un tama�o aproximado de unas pocas micras. En esos an�lisis, se suelen contar las especies de microf�siles encontrados y se mira la proporci�n de esos microf�siles. En concreto en las rocas de Euskal Herria se han descrito m�s de 200 especies de nanof�siles y 175 de foramin�feros planct�nicos. Sabiendo cuales son de agua templada y cuales viven en aguas fr�as, se puede saber qu� cambios clim�ticos sucedieron en aquel entonces y tener una buena gu�a para lo que pueda suceder en el futuro.
Nombramiento oficial
Durante este Congreso que ayer arranc� en el Palacio Euskalduna de Bilbo, los asistentes tendr�n oportunidad de visitar dos lugares de indudable inter�s para analizar este periodo de la historia terrestre. Se trata de los acantilados rocosos de la playa de Azkorri, en Getxo, y los, quiz�m�s conocidos, de la costa de Zumaia. Precisamente, la comunidad cient�fica presente en este encuentro quiere profundizar en el establecimiento de un calendario lo m�s preciso posible para fechar todos aquellos sucesos teniendo en cuenta que se habla se millones de a�os. Para ello se buscan zonas donde tener rocas que ser estudiadas. Zumaia es ya un referente mundial, pero este Congreso puede elegir parte de sus rocas como referencia ya oficial a nivel internacional para un periodo concreto de ese calendario geol�gico que se quiere precisar al m�ximo. Tambi�n Azkorri tiene posibilidades de serlo.Los expertos vascos conf�an en que, �jugando� en casa, se aprueben estas catalogaciones, lo que ser�a un gran impulso a nivel mundial y, adem�s, un medio de proteger a�n m�s esta importante riqueza natural que hoy por hoy no dispone de un resguardo legal espec�fico m�s all� del que salvaguarda todo el litoral vasco.
150 ge�logos se dan cita en el Euskalduna
El Palacio Euskalduna de Bilbo acoge hasta el viernes el encuentro de 150 ge�logos de numerosos pa�ses, que analizar�n un periodo de la historia de la Tierra, el Pale�geno (donde se incluye en Paleoceno), que comprende desde hace 65 millones de a�os hasta hace 34 millones, y que encierra los efectos de fen�menos hipert�rmicos an�logos al actual calentamiento global, ocurridos en aquella �poca. El estudio de aquellos cambios que se originaron puede servir para conocer mejor a qu� nos podemos estar enfrentando. Asisten cient�ficos de renombre como Philip Gingerich, director del Museo de Paleontolog�a de la Universidad de Michigan, descubridor en 2001 de esqueletos de antiguas ballenas, que confirmaron que �stas evolucionaron a partir de un ancestro com�n del que tambi�n surgieron hipop�tamos, ovejas o ciervos. -
�Nos permite ver si hay paralelismos con el actual calentamiento�
Aitor PAYROS | Paleont�logo de la UPV-EHU
Es el director del Departamento de Estratigraf�a y Paleontolog�a de la UPV-EHU y uno de los organizadores de este congreso internacional. Ayer era un d�a de mucho ajetreo para todos estos expertos. El Pale�geno o el Paleoceno, a la mayor�a
de ciudadanos de a pie quiz� no nos diga nada, pero Euskal Herria es una zona
privilegiada en restos de aquella �poca que se revela tan importante para la
historia de nuestro planeta. La verdad es que tenemos esa suerte. Hoy, que tanto se habla del cambio clim�tico, podemos hacer una previsi�n de sus consecuencias estudiando los cambios clim�ticos del pasado y ver si se puede establecer un paralelismo. �El porqu� en Bilbao este encuentro? Porque en toda Euskal Herria tenemos afloramientos de rocas en donde se pueden estudiar esos cambios mucho mejor, o por lo menos igual, que casi en ning�n otro sitio del mundo. Afloramientos en el litoral y tambi�n
continentales. En su mayor parte esos cambios clim�ticos en el pasado quedan registrados en lo que en su d�a eran sedimentos y hoy ya son rocas. Lo que estudiamos son esas rocas. Donde mejor quedan conservados esos fen�menos es en sedimentos acumulados en el fondo de mar, a profundidades de m�s de mil metros. Lo que ocurre es que aqu� tenemos la suerte de tener afloramientos de rocas que se crearon en esas condiciones y tenemos la suerte tambi�n de tener rocas que se crearon al mismo tiempo pero en zonas del mar donde la profundidad no era tanta e, incluso, en zonas que eran emergidas. Habla de suerte, pero imagino que ese
c�mulo de posibilidades de estudio en nuestro pa�s tiene su
explicaci�n. Por una parte porque ten�amos todas esas condiciones que se daban de un mar profundo, un mar no tan profundo y unas zonas emergidas, como te dec�a antes, y esas circunstancias no se dan en todas partes. Otra raz�n es que en esas distintas zonas se acumulaba mucho sedimento y cuanto m�s sedimento, m�s f�cil es diferenciar los fen�menos ocurridos en momentos similares, pero no id�nticos. Me explico. Si tenemos dos fen�menos separados por un peque�o intervalo de tiempo, los puedes casi ver simult�neos. Pero si entre un suceso y otro se acumul� una gran cantidad de sedimento, los puedes distinguir bien. Y eso lo tenemos aqu�. En cualquier caso sigue siendo incre�ble
pensar que un d�a las aguas del mar cubrieron buena parte de Euskal
Herria. Ese ser�a el tercer aspecto por el que somos afortunados. Todos esos sedimentos acumulados, incluso los que estaban a m�s de mil metros de profundidad, se elevaron y hoy en d�a los vemos por encima del nivel del mar. A veces el problema para estudiar los sedimentos es que si est�n en el fondo del mar son m�s dif�cil de estudiar, pero aqu� tenemos la suerte de que el fondo del mar se levant� como consecuencia del choque entre las placas ib�rica y europea, y todos los sedimentos se �arrugaron� y subieron hacia arriba. Hoy, por ejemplo, los podemos ver formando montes tan altos como el Perdido de Pirineos, compuesto de rocas de esta �poca que estudiamos. Pasaron de estar a mil metros de profundidad a estar a tres mil metros sobre el nivel del mar. Desde luego, que si hoy somos afortunados de poder tocar con la mano estos afloramientos, cuando en su momento ocurri� aquello, con grandes terremotos, seguro que no fueron tan afortunados quienes anduvieran por all�. El grupo de palent�logos de la UPV-EHU
lleva tiempo en este estudio. Sin embargo, �uno no acaba nunca de investigarlo
todo? Es que como ocurre en ciencia, cuanto m�s sabes, m�s te das cuenta de lo mucho que te queda por descubrir. Joseba VIVANCO
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