Entraron en la espiral de la mentira y la intoxicación y ahora se les ve aturullados, sin saber cómo salir del remolino fullero. Andan a trompicones y nadan en la incoherencia como los naúfragos chapotean en busca de una tabla.«Informaba» ayer ‘‘El Mundo’’ de una novedad en relación al 11-M. No se la pierdan:«La Guardia Civil registra las celdas de cinco implicados en el 11-M tras localizar un suplemento de GARA con anotaciones en árabe en poder de Abdelmajid Bouchar, vecino de celda de ‘Gadafi’». y me imagino al islamista Bouchar leyendo las recetas gastronómicas de Zazpika o un reportaje sobre la fabricación del txistu mientras reflexiona sobre la invasión de Irak o la guerra de Afganistán. Los de ‘‘El Mundo’’ son así de ridículos. Es lo que tiene imitar al señorito.
La memez anterior daba pie al subdirector, Casimiro García-Abadillo, para sentenciar en su crónica semanal que «mientras que este periódico y otros escasos medios han ido poniendo sobre la mesa indicios de una posible relación de ETA con el atentado del 11-M, el Gobierno se ha limitado hasta ahora a ignorar o a menospreciar esas pistas, como si la sola duda empañara su éxito electoral o justificara la errónea gestión de Aznar entre el 11 y el 14 de Marzo». Lo de los indicios debe ser lo de Zazpika. ¡Qué bueno!
Y así llega García-Abadillo a la conclusión de que «sólo existen dos posibilidades: o estuvo organizado por Al Qaeda, o fue auspiciado por ETA». También se puede pensar en las damas de la Cruz Roja. ¿Por qué no?
Y suma más argumentos a la memez:«A medida que ha ido pasando el tiempo, la tesis de Al Qaeda ha ido perdiendo fuerza. En realidad, el 11-M tiene poco que ver con el modus operandi de Al Qaeda». O sea que está clarísimo que fue ETA. Pedro J. le regalará un puro y un abrazo por el scoop a García-Abadillo
Y para reafirmarse en sus tésis, juega a las
contradicciones:«Admitamos que esa explicación (un grupo de radicales y
delincuentes relacionados con el tráfico de drogas decide organizar una matanza
para derribar un Gobierno), resulta cuando menos tan sostenible como la que
apunta a una posible colaboración de ETA». Y, ¿por qué? La respuesta es
clara:«Las escasas referencias que ha hecho la organización terrorista al 11-M
no hacen sino confirmar su simpatía hacia el mismo». Tengo para mí que los que
sienten simpatía por ese atentado deben ser los que llevan dos años escribiendo
sólo sobre él. msoroa@gara.net