Iñaki Ruiz de Eguino muestra esculturas y obra gráfica en Zarautz
Iñaki Moreno Ruiz de Eguino expone hasta el viernes en la galería Ispilu de Zarautz una muestra constituida por una docena de esculturas y una veintena de serigrafías. Unas y otras tienen en común la vocación de Ruiz de Eguino por conseguir, siempre a partir de elementos geométricos mínimos, el máximo resultado posible. Las piezas son coherentes con la trayectoria del artista, si bien el color que incluye en algunas de ellas es novedoso con respecto a muestras anteriores.
ZARAUTZ
Acaba de cerrar exposiciones en La Haya y Barcelona y prepara ya otra para otoño en Madrid. Entre unas y otra, Ruiz de Eguino ha encontrado hueco para exponer en la galería Ispilu de Zarautz esculturas y serigrafías. En total, algo más de una treintena de obras, todas ellas relacionadas, porque mantener la coherencia en su trayectoria es algo que el artista donostiarra afincado en Hondarribia tiene a gala. «El objetivo es siempre explica obtener, a partir de formas geométricas mínimas, lo máximo».En su obra gráfica, su afán minimalista alcanza a los colores, básicamente el negro, el gris y el blanco, aunque, de un tiempo a esta parte, también utiliza en algunas piezas el azul, el amarillo o el rojo. En cuanto a las esculturas que presenta en Zarautz, cabe decir que todas ellas son maquetas con vocación de convertirse en obras situadas en espacios abiertos. En ese sentido, dice estar interesado en el «unismo», y lo explica: «Me interesa la idea de un espacio único, continuo, que, del mismo modo que está poblado por seres humanos, pueda estarlo por esculturas. No se trata matiza de que las esculturas estén en el espacio, sino de que formen parte de él. Por eso busco que no ‘corten’ el espacio, sino que se integren en él. Para ello, utilizo unos elementos mínimos, diedros o dos planos, siempre abiertos al espacio». Ruiz de Eguino pone un ejemplo: «Cada uno de los arquitectos de los edificios que configuran una plaza imprimen su personalidad en ellos. El conjunto dota a esa plaza de una atmósfera. También mi escultura refleja mi personalidad, pero la diseño confiando en que mi intuición me diga qué le va a esa plaza». A simple vista, es inevitable relacionar las esculturas de Ruiz de Eguino con Jorge Oteiza. De hecho, el donostiarra fue expresamente elegido por el de Orio para que comisariara la última exposición antológica que realizó en vida, la que sirvió para inaugurar el Kursaal.
Herencia oteiziana matizada Además, Ruiz de Eguino imparte con frecuencia cursos sobre Oteiza. Pero, sin renegar de su influencia, el donostiarra cree haber encontrado su camino.
«Oteiza afirma al respecto busca la desintegración del espacio hasta llegar a ‘huts’. Pero esa es una teoría más poética que escultórica, porque yo creo que era más poeta que otra cosa. En la práctica, lo que hace con la escultura es utilizar las cajas para delimitar espacios. Yo, en cambio, lo que hago en mis esculturas es abrirlos. De Oteiza, a quien tuve la suerte de tratar en profundidad desde los años setenta, no reniego para nada, entre otras cosas, porque conocerle me ha ayudado a descubrir otro camino, mi propio camino. Al fin y al cabo, es conocer una doctrina lo que te permite adoptarla o no. Por ejemplo, algunos escultores de herencia más oteiziana que yo, por decirlo así, utilizan mucho la caja. Yo, en cambio, me he inclinado por los dos planos huyendo un poco de eso, ya que un tercer plano insinuraría ya mucho esa caja. Los dos planos son ya una depuración de elementos, en ese camino de expresar lo máximo con lo mínimo, y son otra vía de investigación».La muestra de Ruiz de Eguino en Zarautz podrá visitarse hasta el viernes. Es la primera vez que el artista expone en Zarautz y, con tal motivo, la galería Ispilu (Gipuzkoa 24, bajo) ha puesto a la venta a un precio especial una serie de veinticinco serigrafías numeradas y firmadas por el autor.
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