Joseba Izaga Urrutia - Miembro de Boltxe Kolektiboa
¡Victoria para Hizbula!
No constituye secreto alguno el carácter dirigente y modélico de la organización político-militar Hizbula para amplios sectores islamistas, no sólo en Oriente Medio. Hamas venció electoralmente en Palestina siguiendo su estructura orgánica, su filosofía, su lealtad para con el pueblo y su determinación de responder política y militarmente a los israelíes. El estado sionista ha optado por jugar duro este enfrentamiento con la guerrilla-estado chiíta libanesa, pero se ha equivocado en los cálculos. Los militantes chiítas son conscientes de que su resistencia está siendo analizada y seguida con atención por todo el mundo islámico, de ahí que estemos ante la más gigantesca operación político-mediática desarrollada por la guerrilla libanesa. Israel adopta los métodos de la Gestapo y las SS en su enfrentamiento con los partisanos en los países del este o en Italia durante la retirada nazi. Asesinar a diez civiles por cada nazi muerto es la política de los criminales sionistas en el Líbano, y también en Gaza. Sin embargo, a la guerrilla tan sólo le resta asumir esa sangría y continuar combatiendo. Veinte millones de inocentes asesinados en la antigua URSS costó la derrota del III Reich. En Líbano Beirut ha sido destruido, el sur es diariamente arrasado con artillería, tanques y aviones. Pero la guerra de verdad ya ha comenzado. Ahora, los asesinos sionistas tratan de tomar las aldeas chiítas situadas en la frontera del Líbano con Israel y, como jocosamente decía Hizbula, «Israel moviliza una división para ¡tomar un pueblo abandonado!». Tamaña proeza militar sólo ha sido equiparada por la toma de Perejil, aquella mañana de viento tranquilo, sol, etcŠ en la que una banda de patéticos mercenarios españoles decidía poner fin al sueño tranquilo de la docena de cabras residentes en un islote en disputa entre los aguerridos agresores de cabras españoles y los guardianes de las mismas, otros que tal, uniformados al servicio de Mohamed VI, rey de Marruecos. El problema para Israel es que Hizbula no es un ejército corrupto como el jordano o el egipcio, ni la dirección político-militar de Hizbula es el atajo de traidores que dirigen Egipto, Jordania, Arabia Saudí y todas las monarquías petrolíferas del golfo. Hizbula ha sido y es la punta de la lanza que se clava en la clase política israelí y en la de sus protectores norteamericanos. Israel, sencillamente, no puede ganar militarmente esta guerra. Y sus efectivos cada día sufren más y más bajas. Fijémonos en los datos. Israel manifestó que bajo ningún concepto negociaría con Hizbula la situación de los miles de secuestrados libaneses y palestinos; pues bien, ahora exhiben y guardan los cuerpos de milicianos muertos de la guerrilla libanesa para un futuro canje, mientras tantean a Alemania para hablar de los tres soldados capturados por Hizbula y la resistencia palestina. Hay canje cuando ambas partes tienen capacidad de dañar sensiblemente al enemigo, cuando la guerra se alarga y cuando, los prisioneros israelíes en manos libanesas y palestinas se incrementan. La perspectiva del conflicto conduce a esta situación, pero atención, cada día que pasa de resistencia y ataque islamista contra Israel, incluyendo futuros ataques anunciados por el máximo dirigente chiíta libanés contra Tel Aviv, crece la tendencia al nacio- nalismo islamista en todo el Oriente Medio y el mundo islámico. Crece el efecto Hizbula. La legitimación de la resistencia armada frente al imperialismo sionista es una consecuencia directa de la efectividad de Hizbula para abatir tanto combatientes sionistas como para alcanzar las ciudades hebreas limítrofes con el sur libanés. El Thazaal, el Ejército genocida sionista, ya no es lo que la televisión pro yanqui nos contaba. Ahora los sionistas tienen miedo a la muerte y no se atreven a atacar de frente, sólo abusan de la aviación, como hicieron los nazis en nuestros desprotegidos pueblos durante el golpe de estado fascista protagonizado por la mayor parte del Ejército español. Hizbula no sólo tiene determinación para luchar, en absoluto, tiene también armamento ligero y una modesta artillería, además de los artilugios Katiusha que cada día recorren los cielos en sentido inverso a los proyectiles que desde Israel asolan el sur del Líbano y Beirut, impactando en ciudades israelíes. Además, comienzan a producirse ataques a los colonos con secuestros y aniquilamiento en la retaguardia, dentro de Israel. Tel Aviv reconoce la existencia de comandos árabes en su propio territorio, lo que construye un problema añadido más, dada la enorme población árabe residente en Israel. Los sionistas tienen ya un tercer frente abierto. De ahí que los EEUU e Israel ahora busquen la implicación de la OTAN en el conflicto para atacar a Hizbula, lo decía el falangista Aznar y lo intentan Bush y Rice. Quieren que los mercenarios europeos mueran para defender los intereses yanquis y sionistas en la zona. Sin embargo, la gente como Aznar incita a la guerra, para no ir jamás ellos a combatir. Bush, Aznar, Blair, jamás han ido a guerra alguna, ni sus hijos o hijas van a ir jamás, es difícil de creer que los vástagos de los imperialistas no sean los primeros o las primeras en alistarse, ya se sabe, si se está con la patria es para matar o morir por ella. Estos elementos no están para semejante tarea, están para lucrarse de los muertos y tullidos y la devastación que sus guerras producen, que nadie se equivoque. Israel se muestra como es, igual que EEUU, estúpido, fanfarrón, fanático, psicopático (véase a los ortodoxos sionistas bailar todo el día alrededor de las baterías que disparan hacia el sur del Líbano para entender qué nivel de maldad ha de darse en los elementos que todos los días se dedican a este menester, o a las niñas judías escribir sobre los explosivos que van a cargarse en los aviones sionistas la frase «desde Israel con amor»). Vemos al estado sionista como es, cobarde y preocupado por ver que Hizbula es invencible y políticamente es el orgullo de los pueblos islámicos del mundo. Cada día que pasa el desastre norteamericano en Irak y Afganistán, o el israelí en Líbano muestran a los pueblos sometidos por Washington y Bruselas que la lucha es el camino. Quienes levantaban la bandera de una intervención dirigida por la ONU deben abandonar toda esperanza; la Conferencia de Roma es la muestra de la dependencia de Annan y los suyos respecto a EEUU y su lacayo en Oriente Medio, el estado fascista de Israel. El mundo occidental prorroga la agresión sionista contra el pueblo de Líbano y Palestina. Recordemos que Lenin ya definió acertadamente al antecesor de este engendro imperialista, la Sociedad de Naciones como una cueva de ladrones, y no existe causa alguna para variar aquella definición. Sin embargo, desaparecida la URSS, duele especialmente el criminal silencio de China ante la barbarie imperialista. ¿A qué dedica su tiempo libre el régimen de Pekín? Sólo a sus negocios; más allá de China no existe el mundo, aunque el gigante asiático también esté en la agenda criminal de Washington en un futuro, igual que Cuba, Irán, Siria, Corea del Norte y quienes no aceptamos la criminal política ultraliberal de los nuevos nazis neoconservadores. No hagamos como el gobierno chino, salgamos a la calle. Aquí y ahora toca movilizarnos. Hizbula, la resistencia palestina y la resistencia iraquí hacen cada día puntualmente sus deberesŠ mientras los del antiimperialismo en Euskal Herria están aún por hacer. ¡Que hablen y no callen las personas intelectuales! y que el MLNV nos llame a llenar las calles, ahora, en este 70 aniversario de Otxandio, Gernika, Durango, Lemoa. Somos decenas de miles las personas que esperamos de- sesperadamente la convocatoria para demostrar que Euskal Heria es el pueblo que dijo no a la OTAN, a pesar del PNV, PSOE, PP y su detestable apoyo a la alianza imperialista atlántica, a EEUU e Israel, que somos el pueblo del antiimperialismo y de la solidaridad, pero esto lo debemos demostrar. No olvidemos las lecciones de solidaridad con los deportados y deportadas vascas en Uruguay, Argentina, Portugal. Ahora sólo falta ser consecuentes. A la calle contra el imperialismo, que ya es hora. -
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