La gran carpa instalada en el recinto de las txosnas acogió, en la jornada de ayer, la primera edición del Entxosnazio Eguna. Predominó, en todo momento, un ambiente inmejorable entre los asistentes a este novedoso evento. Todo comenzó con una comida popular, todo un rito en cualquier rincón de Euskal Herria. Fueron un total de 150 los comensales que se sentaron en torno a las mesas instaladas para la ocasión. Aunque la gran mayoría fueron jóvenes, algunas personas mayores así como los más txikis de la casa tampoco quisieron perdérsela. Tras saciar el apetito, llegó la hora de bajar lo engullido, de la mano de Tapia eta Leturia. Aunque al principio la mayoría se mostró reacia a salir a bailar, poco a poco la gente se fue animando y comenzó a mover el esqueleto. Los motivos pueden ser varios. Desde los patxaranes de la sobremesa a el gusanillo de ver danzar a los demás. Todo puede ser.
Cada uno hizo lo que pudo. Había más de un dantzari, que aprovechó para demostrar sus habilidades en esto del baile. Otros se conformaron con seguir los movimientos del de a lado y mover los pies, que no es poco. Sin embargo, también hubo quien permaneció impasible ante el ritmo impuesto por Tapia eta Leturia desde el escenario, y prefirió sentarse o, incluso, tumbarse en alguno de los jardines contiguos a la carpa.
No es de extrañar. Las fiestas han traspasado ya el ecuador y tantos días de parranda comienzan ya a pasar factura, también entre los más osados. La romería terminó a las 19.00, para dar paso a las pruebas de sonido de los conciertos de Obrint Pas y Gertrudis, que horas más tarde ambientarían el recinto.
Satisfaccion
La comisión de Txosnas se mostró satisfecha con el recibimiento que los gasteiztarras han dispensado a este primer Entxosnazio Eguna. Al respecto, recordó la apuesta realizada este año para impulsar diversas actividades vespertinas en el recinto. No tanto dirigidas a los jóvenes, sino a todo tipo de personas. Tras calificar de «bonito» el número de personas que participaron en la comida, se mostró confiada en que tanto éste como otros eventos vayan consolidándose con el paso de los años. Aseguró que lo importante no es «que venga más o menos gente, sino que las actividades que organizamos sean atractivas e interesantes».
La comisión de Txosnas reconoció el«riesgo» que suponía organizar una comida y sobremesa de estas características, teniendo en cuenta las reticencias de los euskaldunes para bailar un arin-arin o fandango. Sin hablar de las sevillanas, que ya sería misión imposible.
Hizo, asimismo, una valoración «muy positiva» de la buena acogida que este año están teniendo las txosnas. Señaló que el fin de semana ha sido «muy duro, de mucho trabajo». A las numerosas novedades incluidas en el programa hubo que sumarle el hecho de que las fiestas comenzasen en fin de semana. En este sentido, quiso destacar la buena coordinación y los cientos de personas que están colaborando estos días en la zona de las universidades.
El exito de la carpa
Subrayó, especialmente, la buena impresión que la gente se está llevando con la carpa de más de 400 metros cuadrados instalada este año por primera vez. Esta acoge los actos que se celebran durante el día y las actuaciones de DJs que se llevan a cabo bien entrada la madrugada, cuando se cierran las txosnas y la gente se concentra en la carpa. En determinados momentos ésta se ha quedado pequeña. Si en el día de ayer los protagonistas fueron las personas de toda índole y condición, la jornada de hoy estará destinada a los más txikis. Otra apuesta arriesgada. Habrá todo tipo de actos a partir de las 17.00: payasos, títeres, talleres varios y para rematar, chocolatada.
La comisión de Txosnas está «ilusionada y nerviosa» ante este nuevo reto. Afirmó, no obstante, que tiene motivos suficientes para ser positiva, ya que se trata de «una excusa para que aquellos que se acerquen se lo pasen en grande».
Desde aquí, sólo queda resaltar el gran esfuerzo que las txosnas están realizando para que Gasteiz tenga zonas y programas alternativos en las fiestas de La Blanca. -
