Txaro Arrazola reclama atención sobre los paisajes habituales de devastación
Beittu Art Gallery presenta, coincidiendo con la celebración de su quinto aniversario, la exposición «Disenso, devastación y otros paisajes contemporáneos» de la mano de la artista gasteiztarra Txaro Arrazola. Esta muestra, que se podrá visitar hasta el 28 de octubre, está constituida por pintura y fotografía en forma de ploter sobre lienzo. En ella, Arrazola recoge imágenes de los medios que dibujan un paisaje de atrocidades, con la intención de evitar que pasen inadvertidas.
DURANGO
En la exposición “Disenso, devastación y otros paisajes contemporáneos”, abierta en la sala Beittu Art Gallery de Durango (Montevideo 23), Txaro Arrazola retoma las imágenes que insistentemente aparecen en los medios de comunicación y que nos dibujan un paisaje de atrocidades, con la intención de asimilarlas y evitar que pasen inadvertidas, pero sin resignarse a tolerar «la desesperanza y el cinismo que algunos intentan transmitir con ellas». El resultado un compedio de pinturas yfotografías en forma de ploters sobre lienzo es una obra agradable a los sentidos, y es ahí donde se da la contradicción. De hecho, la pretensión de esta artista, lejos de la paisajística u ornamental, es la de indagación en los porqués, la de una búsqueda de sentido. Su trabajo siempre ha necesitado de una intención ética, ya que piensa que la obra de arte no puede mirar sólo hacia sí misma, ni puede perder la conexión con la gente. «Siempre he necesitado una motivación ética para trabajar, algo que trascienda el mero hecho formal afirma la artista en un texto escrito para acompañar al catálogo. No por considerar el lado ético más importante que el estético, sino por necesitarlo como fondo de mi quehacer. Cuando trabajo, no puedo aproximarme al arte de manera únicamente visual, es preciso que haya algo más, pienso que las obras no pueden mirar sólo hacia sí mismas, hacia el arte, sino que deben tener un anclaje exterior».
«Todo arte es político»
Afirma la artista gasteiztarra que a veces piensa que «todo arte es político. Un artista se posiciona con cada decisión que toma, por defecto o por exceso, todas las formas tienen una especie de conciencia». Ella asegura creer en «la sinceridad del artista para consigo mismo, esa es la única forma de llegar a los demás». Arrazola, cuya obra ha sido premiada en numerosas ocasiones, recuerda que «vivimos en una sociedad en la que una idea casi siempre va unida a la propuesta de abolir lo demás, de negar lo otro. A mí me pasa lo contrario, soy amiga de la diversidad y de la riqueza de contrastes. Pinto contra el olvido y contra el tiempo, para salvar algunas cosas, para protestar, para intentar poner un poco de orden en ese mundo que me llega de modo desordenado, pero también pinto para destruir el falso orden». Txaro Arrazola ha expuesto tanto individual como colectivamente en numerosas ocasiones en galerías y salas de todo el Estado, así como en Nueva York, y su obra forma parte de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Araba, del Ayuntamiento de Gasteiz y del centro de arte Artium.
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