ROMA
El discurso del Papa «es el último eslabón de una cruzada americano-sionista contra el islam», denunció el guía supremo iraní, ayatollah Ali Jamenei. No fue el único líder religioso chiíta que insistió en denunciar la equiparación por parte de Benedicto XVI de la violencia y la religión islámica.En Irak, y en una coincidencia preocupante para los intereses ocupantes entre chiítas y sunitas, cientos de manifestantes quemaban una efigie del Papa en la chiíta Basora.
Paralelamente, grupos de resistencia sunitas se sumaban a las amenazas. La coalición de organizaciones armadas que engloba, entre otras, a Al Qaeda-Irak prometió que el Papa «sufrirá el mismo destino que (los ocupantes en) Irak, Afganistán y Chechenia».
Ansar al-Sunna amenazó con ataques a Occidente, especialmente a Italia.
En la Cachemira ocupada por India, donde los independentistas decretaron ayer una huelga general, los manifestantes gritaban «muerte al Papa». Eslogans similares se escuchaban en Yakarta, en Indonesia.
Pese a que los Hermanos Musulmanes saludaron como un «primer paso» la retractación de Benedicto XVI durante su rezo del Angelus, diputados egipcios exigieron la ruptura de relaciones con el Vaticano.
En Jordania, diputados cristianos y musulmanes abrieron un portal en internet para exigir que pida excusas. En Beijing, el representante oficial de los 18 millones de musulmanes chinos, Chen Guangyuan, le acusó de insultar al islam y al profeta Mahoma».
El Gobierno de Malaisia calificó de insuficientes las explicaciones del Papa y advirtió que «no detendrán la cólera».
Hasta el católico Instituto Dominico de Estudios Orientales de El Cairo tomó distancias respecto a su sumo pontífice.
En Turquía, un joven disparó al aire ante un templo protestante en Ankara.
Pese a que los obispos del país insistían en mantener la anunciada visita del Papa en noviembre, el ministro de Asuntos Religiosos, Mehmet Aydin, exigió su cancelación porque «no fomentará la unidad de las civilizaciones, sino un choque de civilizaciones».
Un mensaje «calculado»
Expertos vaticanistas coinciden en asegurar que, pese a su retractación, Benedicto XVI sigue convencido de la «justicia de su posición» e interpretaron su polémica «lección teológica» de Ratisbona como un intento de marcar la nueva impronta de su Pontificado.El editorialista de “La Stampa”, Gian Enrico Russoni, desecha las teorías que aluden a «un error de comunicación» o a un «simple malentendido».
«Un buen profesor no recurre a una cita mortífera sin situar de manera crítica esta cita en su contexto», señaló, en referencia a la cita del emperador bizantino Manuel II Paleólogo, quien tildaba de «malas e inhumanas» todas las aportaciones de Mahoma.
Sandro Magister, vaticanista del semanario “L´Espresso, afirma que Benedicto XVI, hasta su encumbramiento guardían riguroso de la doctrina católica ortodoxa, es partidario de «menos diplomacia y de más Evangelio».
«Es este criterio el que ha llevado al Papa ha pronunciar en su viaje a Alemania propuestas tan políticamente incorrectas y potencialmente tan explosivas», concluye el experto.
Esta tesis parece confirmarse habida cuenta de la importante ofensiva diplomática del Vaticano, con sus nuncios (embajadores) en plena movilización. Desde el Estado español hasta Rusia, buena parte de las jerarquías católicas, grupos integristas y «expertos» arremetieron contra las reacciones del mundo musulmán. El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, llegó a identificar a los indignados como «radicales violentos».
El líder de la Unión Mundial de Ulemas Islámicos, Yusef al Qaradaui, instó a los musulmanes a «expresar su ira el próximo viernes», día de rezo para 1.300 millones de personas.
GARA
ROMA
El Vaticano abrió ayer al público los archivos secretos relativos al pontificado de Pío XI (1922-1939), un período en el que se produjo en auge del fascismo, en la Alemania nazi, la Italia de Musolini y el golpe de Estado de Franco que provocó la Guerra del 36.
Los archivos incluyen documentos sobre la relación de Pío XI con estos movimientos. Uno de sus hechos destacados fue la firma del Tratado de Letrán (1929) con el régimen de Mussolini. Pasó a la historia como furibundo anticomunista.
También se encuentran otros sobre los puntos de vista del Papa Ratti (el nombre de pila de Pío XI fue Achille Ratti) en referencia al alzamiento franquista y a la anexión de Austria por parte Hitler
También se espera que arrojen luz sobre la figura del cardenal Eugenio Pacelli, entonces secretario de Estado del Vaticano y que sería su sucesor al frente de la iglesia católica con el nombre de Pío XII.
Muchos historiadores acusan a este Papa de no haber elevado la voz contra el régimen de Hitler. Los judíos le echan en cara su silencio por el holocausto.
Bruselas alude a la «libertad de expresión»
La Comisión Europea no dudó en calificar de «desproporcionadas» las reacciones y acusó a sus autores de «rechazar la libertad de expresión». Derecho que, sostuvo, es «piedra angular de la UE, como lo es la libertad y el respeto de todas las religiones». Llamó al «debate en el respeto mutuo y la comprensión mutua». -