Ezker Abertzalea insiste en que la mesa de partidos es la única salida al bloqueo actual
·Josu Jon Imaz asegura que se esta avanzando en la metodologia y espera proxim0s acuerdos
La portavoz del grupo parlamentario Ezker Abertzalea, Nekane Erauskin, manifestó ayer que la situación del proceso sigue siendo de bloqueo e insistió en que «la única salida» es la rápida constitución de la mesa de partidos. En referencia a este foro, Josu Jon Imaz se mostró más optimista, apuntando que los partidos han avanzado «de una forma importante» en cuanto a la metodología, por lo que espera próximos acuerdos para su creación.
GASTEIZ
Frente a mensajes aparecidos este fin de semana en algunos medios de comunicación dando a entender que se había superado el parón que atraviesa el proceso de normalización democrática, y contrastando con el mensaje de que las cosas avanzan que ayer mismo apuntó el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, la portavoz del grupo parlamentario Ezker Abertzalea, Nekane Erauskin, manifestó que la situación sigue siendo de bloqueo e insistió en que la constitución de la mesa de partidos es «la única salida» para superar esta fase.Nekane Erauskin como es norma del grupo parlamentario Ezker Abertzalea no quiso ahondar en declaraciones sobre cuestiones ajenas a la actividad del Parlamento de Gasteiz, pero sí llamó la atención sobre la situación de bloqueo del proceso y reclamó para darle salida que la mesa de partidos se constituya de forma inmediata y «sin ningún tipo de exclusión política ni territorial». Poco antes de que la portavoz de Ezker Abertzalea hiciera estas declaraciones, el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, había sido entrevistado en Radio Euskadi, manifestando en torno a la mesa que en los últimos meses y semanas los partidos están avanzando «de una forma importante» en acordar una metodología. A lo que añadió que «espero que, en las próximas semanas, pueda haber ya una concreción de acuerdos para la constitución de esa mesa».
Nueva exigencia del PNV
En cualquier caso, Josu Jon Imaz quiso dejar claro que «en la constitución de la mesa de partidos el PNV va a tener claro un principio: no vamos a negociar nada con nadie en tanto en cuanto se siga ejerciendo la violencia».El mensaje del presidente del EBB tenía un destinatario muy concreto. «Si Batasuna apuntó no levanta su voz ante estos actos de violencia o estos actos de violencia no desaparecen», en referencia a la kale borroka, «el PNV, en una mesa de diálogo, no va a admitir esa situación de violencia». Según Josu Jon Imaz, hablar en la actual situación sería como «negociar con una pistola en la cabeza». Su versión es que hay quien está diciendo «si a mí me gusta lo que va a salir de esa mesa, la violencia se para y, si lo que negocian los partidos vascos no me gusta, entonces hoy quemo un autobús, mañana le echo un cóctel molotov a no sé quién por la ventana y la semana que viene, si me gusta menos, le meto un tiro a alguien».
Contradicción
Desde el pasado viernes, medios informativos que decían beber de fuentes del Gobierno español han venido destacando que la situación de bloqueo del proceso se había superado, haciendo referencia también a que los contactos bilaterales, discretos e informales entre los partidos con el fin de lograr un preacuerdo sobre el método y funcionamiento de la mesa, avanzaban a buen ritmo.Sin embargo, al mismo tiempo que se atribuían esas opiniones al Gobierno español, por un lado su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, insistía en pedir paciencia, y por otro, el número dos del PSOE, José Blanco, declaraba a los diarios de Vocento que el proceso atraviesa «un momento difícil». Cabe recordar que, por su parte, la izquierda abertzale viene denunciando desde hace semanas la existencia del bloqueo y su compromiso de esforzarse para buscar soluciones. Y todavía no ha informado de que la situación haya cambiado.
¿Un triángulo de sólo dos vértices?
Iñaki IRIONDO
En los últimos tiempos la figura preferida de la geometría política vasca es el triángulo. En un vértice se sitúa al PSOE, en otro al PNV y en el tercero a Batasuna, aunque ésta última prefiere que se coloque en ese punto a todos los firmantes del Acuerdo Democrático de Base. Ese triángulo permite visualizar gráficamente de forma nítida que cualquier solución estable para el conflicto político precisa del acuerdo entre el partido que esté en el Gobierno español, el principal referente del nacionalismo vasco que en su día aceptó el marco autonómico y constitucional, y la fuerza que no sólo no aceptó dicho marco sino que lo ha denunciado y combatido durante más de un cuarto de siglo. Además, también cabe pensar que la tensión entre los tres vértices, el conjunto de fuerzas y contrafuerzas que ejercen cada uno de ellos sobre los otros dos, permitirá llegar a un acuerdo positivo para una amplia mayoría de la ciudadanía vasca. Sin embargo, la imagen del triángulo tiene un fallo: que cada vez que llegan momentos decisivos la dirección del PNV corre a ponerse en el mismo vértice que el PSOE, por lo que la figura se descompone. Y el caso es que nadie puede llamarse a engaño porque Josu Jon Imaz lo anunció nada más entrar en vigor el alto el fuego de ETA: «La lealtad del PNV con Zapatero está asegurada y no tiene contrapartidas». En la actual situación de bloqueo, se observa que una parte de la ciudadanía vasca tiene claras responsabilidades y solución. La izquierda abertzale está reclamando la activación de la mesa de partidos, y este mismo domingo se podía escuchar a la presidenta de EA, Begoña Errazti, exigir al PSOE que «desmonte el lío que ha montado para no ir a la mesa de partidos». En este contexto, bien cabía esperar que el PSOE buscara una estrategia de defensa. Y hasta resultaba previsible que la vía elegida fuera desmentir la mayor, es decir, el propio estancamiento. Pero lo llamativo fue que quien iniciara la cascada de insinuaciones, filtraciones y declaraciones fuera el portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, cuando el pasado jueves anunció que por esas fechas tenía que estar dándose un contacto entre ETA y el Gobierno. Si ETA y el Gobierno ya estaban dialogando difícilmente podía hablarse de bloqueo y, además, la atención volvía a desviarse de la mesa de partidos, elemento sustancial en estos momentos. Luego, medios afines al PSOE siguieron la estela. Ayer Imaz retomó un discurso sobre el proceso con exigencias hacia la izquierda abertzale pero sin ninguna condición para el Gobierno español. Y habló de avances donde no parece haber más que movimientos. Pronto algún dirigente del PSOE volverá a alabar como han hecho Zapatero, Jáuregui y Rojo la lealtad del PNV. -
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