BILBO
«Estamos preocupados por la situación del equipo y el ambiente hostil que se detecta en la afición y en las gradas». Eukeni Olabarria explicó con estas palabras la reunión que mantuvieron los rectores del club tras el partido del domingo. Ayer volvieron a reunirse en Ibaigane y Juan Carlos Ercoreca leyó un comunicado a la conclusión en el que señaló que seguirán «reflexionando sobre esta situación y el futuro». En nombre de la Junta aseguró que «han tomado buena nota de la protesta pública de gran parte de la afición. Precisamente, es esa protesta la que motiva esta reflexión. Valoraremos todas las situaciones para no convulsionar más la situación actual y no perjudicar el futuro del Athletic y la marcha deportiva del equipo». «En los próximo días, a la mayor brevedad posible, se os convocará a todos para comunicar nuestra decisión. Sea cual sea», concluyó el directivo.
La situación se ha convertido en insostenible. El clamor de San Mamés contra Lamikiz fue rotundo. Su figura está en entredicho. Un sector mayoritario de la afición le considera responsable tanto del sufrimiento de la temporada pasada como del mal arranque de la presente campaña. La destitución de Clemente y la retirada de Guerrero, también tienen su peso.
La paciencia se ha agotado y amenaza con romper la comunión entre el equipo y la afición. El incondicional apoyo fue clave para conseguir la salvación y si se pierde, el Athletic saldrá perjudicado directo a Segunda. Sería un suicidio dejar que el entorno rojiblanco continuara cabreado. Aunque el margen de maniobra es pequeño. Hay que darle una solución. Cuanto antes, mejor.
Huida hacia delante
Seguir como si nada y hacer oídos sordos a lo ocurrido el domingo en San Mamés, sería catastrófico. Al igual que empeñarse en cumplir los dos años de mandato que legalmente les corresponden. Abocaría al Athletic a un futuro incierto. Es cierto que tan sólo se han disputado tres jornadas y que hay tiempo material para solucionar el desaguisado, pero el problema viene de lejos. La afición aguantó estoicamente la temporada pasada. Sin embargo, parece que ha superado su límite y ahora no está por la labor. Que San Mamés se convierta cada quince días en un escenario para las protestas no sería bueno ni para el equipo, que necesita tranquilidad, ni el presidente, que le convierte en el malo de la película.
Destituir a Sarriugarte
La reunión que celebraron tras el partido ante el Atlético recordó a la que concluyó con la destitución de Mendilibar. En este caso, en cambio, echar al entrenador parece poco probable. Si el de Zaldibar apenas dirigió al equipo diez jornadas, una destitución después de tres partidos demostraría una pérdida de rumbo preocupante. La credibilidad de la Junta está bajo mínimos y una decisión así no haría más que aumentar las dudas de los seguidores. Pese a que los resultados el equipo está en descenso y la imagen han sido lamentables, un entrenador necesita más tiempo para demostrar sus aptitudes. Si se confió en él en verano, no tendría sentido destituirlo tan pronto. Además, ¿quién sería el «valiente» capacitado para hacerse cargo del equipo con este clima?
Dimitir
Se rumorea que la decisión está tomada y se escenificará la semana que viene. Es una opción arriesgada porque puede jugar en contra de la entidad. Probablemente, un sector de la afición se quedaría satisfecho, pero los problemas comenzarían después. La carrera electoral y la lucha entre las diferentes candidaturas podría perjudicar el devenir del equipo. El primer equipo del Athletic a día de hoy corre serio peligro de perder la categoría sino se conciencia pronto de que toca sufrir. Los seguidores y el equipo pueden distraerse en debates interesados sobre qué es lo mejor para salir a flote. Encima, el principal escollo a solventar estaría en que si se produjera de manera inmediata la dimisión, según los plazos que establecen los estatutos del club, se tardaría mes y medio en elegir el nuevo presidente. La moción de censura promovida por un socio también acecha y no haría más que alargar los plazos si sale adelante.
Adelantar las elecciones
Renunciar al último año de mandato y adelantar las elecciones al final de temporada podría ser otra posibilidad. Sería una decisión, que quizá conseguiría traer un poco de calma. La verdad es que la Junta lo tiene complicado. Cualquiera de las decisiones que tome tiene sus pros y sus contras. Esperemos que en ésta, acierten.
"Somos los que debemos encauzar
esto"
Los jugadores se ejercitaron ayer en Lezama en la habitual sesión de recuperación en la que no pudieron participar Yeste y Murillo, que acabaron tocados el partido ante el Atlético de Madrid. Andoni Iraola declaró en la rueda de prensa que «la única solución es que los que salgamos demos otro nivel. No hay otro modo de dar la vuelta a esto. Al final, los jugadores solo podemos darle la vuelta jugando a fútbol».
«No esperábamos que las cosas saliesen así, pero no podemos agachar la cabeza. Hay que seguir porque no queda otra solución. Nosotros somos los que debemos encauzar esto», insistió el de Usurbil.
Sobre el ambiente en la grada señaló que «bastante teníamos con los problemas en el campo. Estábamos pendientes de las dificultades que había sobre el terreno de juego y no tanto del ambiente».
Dani Aranzubia, en cambio, reconoció que «la afición no
puede estar aguantando mucho más tiempo así. Nos pitan porque hay tiempo para
maniobrar. Todavía estamos en el tercer partido y hay mucho tiempo para
mejorar».
