IRUÑEA

El propio entrenador rojillo lo reconocía ayer tras el entrenamiento de los lunes:«Lo que no puede pasar es que te entre una ansiedad tremenda al tercer partido de liga y que se transpire un ambiente un poco tenso». Máxime si se compara con épocas pasadas de anteriores técnicos, con los que afición y directiva han tenido una gran dosis de paciencia.

Una ansiedad por querer ganar que se trasladó al terreno de juego, según admitió Ziganda, algo que puede corregirse ahora con la llegada de buenos resultados, «que te dan confianza para desplegar tu juego. A ver si ahora que hemos arrancado y nos hemos quitado ese peso, somos capaces de hacer un partido completo de verdad», agregó.

Pero esa impaciencia también se materializó en la grada en forma de silbidos por parte de un sector del público en el tramo final de la primera mitad. El míster rojillo admitió que «tenían razón, las cosas como son, no estábamos jugando bien y perdimos el control del partido». No obstante, reclamó que la afición apoye en esos delicados momentos «porque tenemos la ventaja de un buen equipo, un buen entorno y un campo que aprieta, y eso no se puede perder porque también a las malas somos una familia muy unida».

Ziganda explicó por qué dio descanso a Raúl García y Valdo, dos de los jugadores más en forma de la plantilla. Así, argumentó que optó por alternar a gente ofensiva y que estuviera fresca, «ya que Raúl había jugado cuatro partidos en apenas diez días y el año pasado el último tercio se le hizo muy largo».

«No es normal que se cambie a ocho jugadores de un partido a otro, sobre todo en partidos tan trascendentales, pero si la gente responde, en esa línea debemos proseguir», apostilló.

Webó deja claro que, aparte de formas, "había que ganar"

Además, el tanto fue prácticamente de récord, al anotarse a los 41 segundos de iniciado el encuentro, el más tempranero en lo que va de competición liguera durante la presente campaña.

Sin embargo, no es la única ocasión en la que Webó había obtenido un gol de parecidas características. «En Uruguay, en un partido de la Copa de Libertadores también marqué muy pronto, aunque no me acuerdo en qué segundo», recordó el atacante.

De sobra es conocido que el crédito de los delanteros depende de las goles que consigan, pero en el caso de Webó el tanto que anotó ante el Nastic tuvo un cariz especial.

«Quería responder con un gol a la confianza que me está mostrando el entrenador y también al apoyo que he tenido de la gente durante mi enfermedad y en la eliminatoria de la previa de la Champions», expuso.

En cualquier caso, y así lo reconoció el propio jugador, lo más importante era obtener la primera victoria de la temporada. «Antes del partido teníamos una cosa muy clara, que no importaba la forma, que el buen juego iba a ser para otro día, y que había que ganar como fuera y sumar los tres puntos», subrayó.

Webó destacó, asimismo, la intervención de Ziganda para cambiar el rumbo del partido en la segunda parte. «Cuando nos fuimos al vestuario, el míster corrigió algunos errores que estábamos cometiendo, de ahí que después nos repusiéramos y creáramos más ocasiones. En definitiva, estuvimos más alegres en el campo», resaltó.